(por Cristina Rodríguez).
La incorporación de bicicletas al tráfico contribuye por sí misma a la moderación de la velocidad, modificando el comportamiento de los conductores de vehículos motorizados. También puede ser un instrumento de gran utilidad a la hora de plantear cambios en la sección viaria que favorezcan la amortiguación del tráfico. 1.- TIPOS DE VÍAS CICLISTAS:
En función del grado de segregación con el resto de los medios de transporte se pueden clasificar las vías ciclistas en:
- Carril-bici. Plataforma exclusiva para la circulación ciclista, situada en la calzada de circulación y delimitada por señalización. Figura 1
- Pistas-bici. Independientes del tráfico peatonal y del rodado. La segregación entre los tres tipos de circulación puede tener multitud de formas. Determinadas instrucciones lo consideran Acera-bici. Figura 2
- Aceras-bici. Vías ciclistas yuxtapuestas o superpuestas al espacio de circulación peatonal. El agravio comparativo respecto al tránsito peatonal puede generar irrupciones cruzadas, incidentes y mal funcionamiento de la infraestructura. Se recomienda emplear este tipo de sección únicamente cuando las aceras tengan una anchura suficiente para albergar una banda de circulación peatonal libre de obstáculos de 3 m. además de la vía ciclista.
- Sendas-bici. Transcurren por espacios no urbanizados o parques. Generalmente se trata de caminos peatonales aprovechados por ciclistas en las que la separación entre ambos puede ser estricta, nula o basada en señalización horizontal y vertical.
Un carril bici ha de formar parte de las infraestructuras constituyentes del sistema de transportes de una ciudad, con todas las connotaciones que ello le confiere.
Según el Manual de Recomendaciones de Diseño, Construcción, Infraestructura, Señalización, Balizamiento, Conservación y Mantenimiento del Carril Bici, elaborado por la Dirección General de Tráfico, para velocidades normales, entre los 15 Km/h y los 30 Km/h, y en condiciones adecuadas para la rodadura, se considera que la anchura ocupada por un ciclista en marcha es de 1,00 m. Ver figura 10. Recomendándose un resguardo de 0,25 m hacia ambos lados, por seguridad ante posibles movimientos, paradas o puestas en marcha. Pudiéndose considerar que el ancho estricto necesario en carriles bici unidireccionales es de 1,50 m.
Para la circulación en paralelo, se requiere un resguardo de 0,25 m a ambos lados. Siendo el espacio mínimo de 2,50 m.
La sección de un carril bici dependerá también de la existencia de obstáculos laterales. Si a los lados del carril bici no existen obstáculos o éstos son de altura inferior a 0,05 m (gálibo de pedaleo), el resguardo a ambos lados, tal y como se ha citado, será de 0,25 m.
Cuando existan bordillos de altura superior a los 0,05 m, éste resguardo será de 0,50 m, con lo que la sección transversal pasará a ser de 3,00 m.
En el caso de que los obstáculos laterales sean árboles, farolas o una pared, este resguardo pasaría a estar comprendido entre 0,50 m y 1,00 m.
Cuando el carril bici discurra al lado de una línea de aparcamiento, debe reservarse una banda o un resguardo de 0,80 m que permita la apertura de las puertas de los coches sin peligro para el ciclista.
El ancho recomendable en carriles bici segregados bidireccionales estará comprendido entre 2,50-3,00 m.
En los casos de tráfico ciclista intenso, sería conveniente separar ambos sentidos mediante una línea discontinua y/o con flechas pintadas en el pavimento.
(figura1)
(figura2)
(figura3)
(figura4)
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